La persona elegida para cometer los crímenes, 
un vigilante y portero en el mundo de la noche, les delató a la Policía. Iban a 
pagarle 8.000 euros. 
El Grupo I de Policía Judicial de la comisaría de Alcalá de Henares 
ha detenido a una pareja que había encargado los asesinatos del yerno de él, 
para beneficiarse de la herencia, y de otro amante y compañero de trabajo de 
ella. El sicario, al que habían ofrecido 8.000 euros por ambas muertes, les 
delató a la Policía. A finales de enero, José Antonio P.J., español de 41 años, 
se presentó ante la Policía de Alcalá para relatar la trama. Una compañera de 
trabajo, administrativa en una empresa funeraria de Torrejón de Ardoz, le había 
encargado los dos crímenes. El hombre, vigilante de seguridad de la misma 
empresa, empezó a desconfiar y decidió traicionar a sus contratistas.
En un principio, indicaron fuentes del caso, los agentes se 
quedaron perplejos ante el «culebrón» que les contaban, hasta el punto de no 
darle mucha credibilidad. Pero, cuando el vigilante les proporcionó pruebas, se 
percataron de que la trama era real. Puso a disposición una foto familiar, 
realizada días antes por el varón detenido, en la que se veía a su yerno, un 
importante y acaudalado empresario de Pozuelo de Alarcón, Mariano L.P., de 64 
años. También les ofreció todo tipo de datos que les habían pasado los 
instigadores e, incluso, los 3.000 euros en metálico que le habían 
adelantado.
El hilo de la historia es el siguiente. Ana Belén E.G., española de 
36 años y administrativa de la funeraria, quería quitarse de enmedio a un 
compañero de la empresa con el que también mantenía relaciones, «porque era un 
pesado». Pero, además, Jesús M.P.P., de 31 años, español, casado y también 
amante de Ana Belén, pretendía que el sicario matara a su yerno, para, a través 
de su mujer, que no tenía la menor idea de lo que estaba tramándose a sus 
espaldas, beneficiarse, según las fuentes consultadas, de varios millones de 
euros. El suegro de Jesús, alias «Suso», tiene otro hijo, por lo que la mujer 
del compinche de Ana Belén percibiría aproximadamente un tercio de la 
herencia.
El guión bien podría haberlo escrito Agatha Christie, pero salió 
mal. El sicario, un conocido de la mujer y que, además, se mueve en el mundo de 
la noche como portero, José Antonio P.J., les delató.
Se supo que, una vez finiquitado el encargo, el sicario recibiría 
otros 1.000 euros, hasta luego completar los 8.000 acordados. También se 
obtuvieron detalles de cómo sería el asesinato del amante de Ana Belén: se 
perpetraría en el aparcamiento de la empresa funeraria donde trabaja, cuando el 
sicario lo creyera conveniente. En cuanto al crimen del empresario, tendría 
lugar en su domicilio de Pozuelo.
En un principio, la única sospechosa era Ana Belén, pues se trataba 
de contactar con el vigilante de seguridad para detallar lo que serían los 
asesinatos. Pero a la Policía le parecía extraño que, debido a sus exiguo 
patrimonio, pudiera haber pagado los 3.000 euros. Así fue cómo los 
investigadores dilucidaron que fue «Suso» quien sacó el dinero de su propia 
cuenta y se lo entregó en mano, en el mismo sobre del banco, a Ana Belén, para 
que ésta se lo pasara al sicario.
Además, ha quedado constatada que el yerno del empresario le pasaba 
una cantidad mensual a Ana Belén. Fueron arrestados la semana 
pasada.

